Keruin Martínez alerta del retraso de las obras de Piquío, con los previsibles sobrecostes, la suciedad generalizada y el abandono de enclaves emblemáticos como la Plaza de Italia o el Rhin
Izquierda Unida (IU) de Santander ha mantenido un encuentro con la recién creada Asociación de Vecinos en Defensa del Sardinero, en el que se han abordado los principales problemas que afectan a esta zona, considerada por los vecinos como “el bastión y la postal de Santander”.
Durante la reunión, los vecinos han manifestado su preocupación por el abandono de espacios emblemáticos y el derroche de dinero público en medidas “que no han sido reclamadas por la ciudadanía ni han supuesto una mejora real para la vida en la ciudad”. También han trasladado al edil, Keruin Martínez, su preocupación por la falta de limpieza y recogida de basuras, que ha derivado en un preocupante aumento de plagas de ratas y cucarachas incluso en las zonas más turísticas.
Además, se han tratado cuestiones como el resultado de obras como la de la Plaza de Italia que los vecinos consideran “no solo una pérdida de identidad, sino un modelo arquitectónico peligroso, como se ha demostrado con varios accidentes de peatones, además de los recurrentes problemas de inundaciones”, así como el modelo de turistificación que sufre la ciudad y que se traduce en caos a todos los niveles.
“Es una postura común que los esfuerzos del equipo del PP no están pensados para dar servicios a los vecinos, sino para atraer visitantes de forma masiva y desordenada, en un modelo que perjudica a todos. Y ese modelo de ciudad está provocando el deterioro del entorno y una merma en la calidad de vida de los vecinos”, ha criticado Keruin Martínez.
Uno de los temas centrales ha sido el retraso de las obras en los Jardines de Piquío. Sobre esta cuestión, Izquierda Unida ya advirtió este verano que “la paralización prácticamente total de los trabajos” se debe a que el Ayuntamiento parece estar valorando un sobrecoste, tras negociar con la empresa adjudicataria, “que es la segunda que asume el proyecto tras la renuncia de la primera”.
Martínez ha subrayado que se trata de una práctica habitual en la gestión del PP de Santander: “El Consistorio licita a la baja, renegocia con sobrecostes una vez adjudicadas las obras y descuida después el mantenimiento, lo que obliga a rehabilitaciones integrales y carísimas en muy poco tiempo”. En este sentido, relacionó lo ocurrido con Piquío con otras infraestructuras, como la propia reforma de la Plaza de Italia o la Duna de Zaera o con tantas obras municipales que repiten el mismo patrón”.
Durante la reunión, también se ha repasado el deterioro de otros enclaves del Sardinero y el perfil marítimo de la bahía: “El estropicio de la Plaza de Italia, el estado de los bajos del Rhin, La Horadada, la parálisis del reacondicionamiento del Frente Marítimo… Todo esto se suma a la suciedad generalizada, contenedores llenos, precintados y desbordados, y la presencia constante de plagas que han llegado, incluso, a la zona históricamente más mimada de Santander”, ha recordado Martínez.
La reunión ha servido, además, para abordar problemas comunes a toda la ciudad, como la movilidad, los puntos negros de tráfico, la planificación de carriles bici y la falta de aparcamientos disuasorios, que los vecinos identifican como una de las causas del caos de estacionamiento. “Al final, tenemos claro que los problemas de un barrio no se pueden ver de forma aislada: un problema en una zona es un problema de toda Santander”, defendió Martínez.