Podemos Cantabria e Izquierda Unida Cantabria apoyan públicamente las alegaciones de las plataformas de biogás, ya que no se tiene una política regional que regule la implantación de este tipo de instalaciones industriales en el territorio.

Además, en los proyectos presentados no se recogen el origen de los residuos, que ha de tener un ámbito local, siendo este un suministro limitado para estas instalaciones, debido a la propia reutilización de los purines de las granjas para usos propios. Esto mismo recoge la hoja de ruta planteada por el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) para este tipo de instalaciones.

Una de las condiciones, en cuanto a las medidas preventivas para la instalación de este tipo de plantas, es que debe situarse a suficiente distancia de los núcleos urbanos, evitando la afección de olores y riesgo de explosión. Teniendo en cuenta que se dispone de unas instalaciones centralizadas para el tratamiento de residuos, una de las opciones más viables, sería la instalación de dicha planta en el centro de tratamiento de residuos de Meruelo. Previamente, también se debe desarrollar por la empresa Pública MARE, la inclusión de este tipo de plantas en el Plan de Residuos de Cantabria de 2017-2023 o en un plan futuro, teniendo en cuenta el aumento del autocompostaje o compostaje doméstico.

Para ambas formaciones, existen claras carencias de motivación energética, puesto que se tiende a dejar el gas para las funciones de cogeneración y la sustitución en procesos industriales en medida de lo posible por el hidrógeno verde, también teniendo este último serias dudas sobre su implantación masiva. Aunque son correctas las afirmaciones de que Europa prevé una implantación del biogás de un 40% en 2050 de energía renovable, la tendencia general, es pasar los consumos no industriales de gas a sistemas de bombas de calor, biomasa o solar térmica.

Finalmente, desde Podemos Cantabria e IU Cantabria afirman que se ignoran las políticas europeas en materia de gestión de residuos, donde se recoge la preparación para reutilización in situ, como la reutilización en abono de los propios campos si hablamos de residuos generados en ganadería o compostaje local, tal como se realiza en municipios, que disponen de su propia planta de compostaje.