Izquierda Unida denuncia la situación “desastrosa” que vive la ayuda a domicilio en el ayuntamiento de Campoo de Enmedio, actualmente externalizada en la empresa Osventos, e insta al alcalde a “ocuparse de un asunto de primer orden en el municipio”.

Tras reunirse con la plantilla, la coordinadora de la asamblea de IU Campoo, María Jesús Gutiérrez Balbás, ha señalado que se están produciendo “todo tipo de incumplimientos” en lo relativo a las condiciones de trabajo de las trabajadoras del servicio en temas como el salario, el registro de la jornada, deficiencias en materia de salud laboral, así como reducciones de jornada sin seguir los trámites establecidos.

A ello se suman, explica, los “continuos cambios” de coordinadoras (seis en un año) “que conlleva una nula planificación del trabajo, impidiendo, por ejemplo, que se cubran las ausencias de trabajadoras cuando solicitan un permiso, con lo que el servicio no se presta a los usuarios”. “La calidad del servicio se está viendo afectada, como demuestra las bajas que se están produciendo entre los usuarios de esta prestación, y el alcalde, máximo responsable, está ausente”.

“Tanto las trabajadoras como su representación sindical han informado por escrito puntualmente de dicha situación al alcalde, solicitando una reunión para solventar los problemas, pero, a día de hoy, sigue sin recibirlas”, asegura la líder local de IU, recordando que el 31 de diciembre de 2025 se acaba el contrato y no hay ningún tipo de información sobre cómo se va a gestionar a partir de entonces.

Por ello, desde IU Campoo se solicita al alcalde que, “o se haga entrar en razón a la empresa haciendo cumplir lo firmado o se rompa el contrato con la concesionaria, ya que ha dado sobrados argumentos para hacerlo”.

“El ayuntamiento debe proteger un servicio tan esencial para atender a la población y, además, para fijarla en un área despoblada como es Campoo de Enmedio, ya que la mala calidad de los servicios públicos es uno de los motivos que favorece la pérdida de población”, afirma Gutiérrez Balbás.

Y añade que, “este caso, como otros tantos, muestra el error que supone subcontratar servicios básicos a empresas privadas cuyo único fin es lucrarse, aunque sea a costa de las condiciones laborales de su plantilla y de la propia calidad del servicio”.