Desde la formación política creen en la necesidad de especificar el destino de las dotaciones a las bibliotecas y la mejora en la cuantía de estas.

El concejal de Izquierda Unida de Santander ha presentado para el pleno de mayo, una moción por la cual insta al equipo de gobierno municipal a realizar mejoras en la cuantía del presupuesto a la Red de Bibliotecas Municipales.

Miguel Saro duda que esta cantidad sea suficiente para paliar los enormes déficits en dotación para lectura que la red de bibliotecas públicas ha padecido los últimos años, atendiendo en que con una parte de estos recursos se debe dotar de recursos la nueva biblioteca del nuevo centro cívico de Cazoña.

Según Miguel Saro, los 75.000 euros presupuestados este año son insuficientes, dado que las bibliotecas municipales son utilizadas por miles de santanderinos y que, desde su punto de vista, está perdiendo calidad tanto en el aspecto de oferta cultural como en el propio servicio. “Es cierto que en los últimos años la partida para las bibliotecas ha mejorado, pero no aspiramos a que cumplan unos mínimos, sino a que den una buena oferta cultural a los vecinos, así como se oferten nuevas plazas de empleo” afirma el concejal Miguel Saro.

Y es que la calidad de las bibliotecas ha ido en decadencia en beneficio del crecimiento de los Centros Cívicos, algunos los cuales tienen en su interior bibliotecas propias. “Es lógico que centros cívicos como el de Cazoña cuenten con una biblioteca puesto que en esa zona de la ciudad no existe una biblioteca municipal, pero otros casos como el proyecto de biblioteca del CC. de Numancia, son de dudosa utilidad habiendo bibliotecas cercanas” concluye Saro.

Hay que recordar además que la plantilla de la red de bibliotecas de Santander se encuentra en cuadro y apenas existen bibliotecarios, realizando estas funciones el escaso personal administrativo.

Desde IU no creen que la solución sea solapar con los centros cívicos la actividad propia de las bibliotecas, sino que hay que dotar a las bibliotecas de contenidos, en cualquiera de sus formatos, ampliar las plazas de empleo para la red para dar un mejor servicio y en definitiva, conseguir que las bibliotecas sean centros dinámicos de ocio, aprendizaje e incluso debate, y en constante actualidad y no un mero lugar de estudio académico.