Su portavoz, Miguel Saro, considera que el desplazamiento del nuevo proyecto no soluciona el problema del impacto visual.

Miguel Saro, portavoz de la organización en Santander, tras estudiar el nuevo proyecto del Centro Botín, considera que no han variado las razones por las cuáles el muelle de Albareda no es un sitio apropiado para emplazar el Centro, y ello pese a las mejoras del nuevo proyecto. Con relación a éste último, Saro ha añadido que “es pronto para hacer valoraciones detalladas, porque lo presentado ahora es tan solo una maqueta que no aclara como se resolverá el aislamiento de filtraciones marinas del soterramiento del tráfico o del auditorio anunciado.”

Para Saro, el Ayuntamiento y algunos agentes sociales implicados en la construcción en el emplazamiento actual están manipulando el debate sobre el emplazamiento del Centro, al considerar que todo el que no está a favor del emplazamiento en el muelle de Albareda, está en contra del centro. Saro quiere aclarar que la posición de Izquierda Unida es favorable a al creación de dotaciones culturales, carencia histórica de la ciudad, pero no al coste de ceder la mejor zona de Santander a una obra de enorme impacto visual que modificará el actual perfil de la bahía Santanderina, afectando al patrimonio natural de la misma, único y privilegiado.

Saro considera una muestra de la demagógica retórica del alcalde el que pase de puntillas sobre la construcción de un edificio de 22 metros de altura en los jardines de Pereda, cuando hace unos meses se alarmaba por la construcción de aerogeneradores en la región que pudieran ser vistos desde Santander.

Izquierda Unida, como viene proponiendo desde abril, apuesta por buscar zonas de Santander donde la construcción añada valor al barrio y ayude a una más justa redistribución de los recursos turísticos y por tanto económicos de la ciudad, liquidando la deuda histórica de algunos barrios con respecto al centro de la ciudad, zona que sido históricamente el objetivo prioritario, sino exclusivo, de la dinamización turística del Gobierno municipal. Por esta razón propone al ayuntamiento “hacer partícipes a los barrios a través de las Juntas de distrito de las posibles ubicaciones alternativas, para que los vecinos puedan considerar otras opciones y  votar en consecuencia en una consulta popular a toda la ciudadanía.”

En este sentido, Saro ha querido recordar que se han propuesto varios emplazamientos alternativos al previsto en el actual proyecto con menor impacto visual, como la dársena de Varadero en el Barrio Pesquero, el muelle de Maliaño o San Martín, por citar ejemplos de zonas en contacto con el agua de la bahía, o también la zona de la antigua cárcel de la Calle Alta o la zona de El Albericia.

Para desgracia de todos, finaliza Saro, “la actual ubicación es una propuesta inamovible del Sr. Botín y del alcalde, unidos recíprocamente por la intención del primero de perpetuar su memoria en Santander y beneficiarse de bonificaciones fiscales de patrocinio, y la necesidad del segundo de financiar la deuda municipal y garantizar crédito a las depauperadas arcas municipales, todo ello en perjuicio de la mayoría de santanderinos.”