Coincidiendo con el arranque de la vida académica en la Universidad Europea del Atlántico, la juventud de IU quiere recordar el destrozo que está sufriendo la Universidad Pública, la de todas y todos.

Arranca otro curso escolar en Cantabria, y este viene con dos importantes novedades. Por un lado, el inicio de la aplicación de la LOMCE, frente a la que lucha activamente Izquierda Unida con propuestas como el documento del Área de Educación, abierto a las aportaciones de toda la ciudadanía, “Por otra Educación posible”.

Por otro lado, este será el primer curso de la Universidad Europea del Atlántico. Instalada en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria, es la apuesta de FUNIBER para establecer una universidad privada en nuestra tierra, con el amparo de todas las administraciones implicadas. Un proyecto que se gestó falto de planificación temporal, sin previsiones de alumnado y profesorado, y sin garantizar las cuestiones relativas a equipamientos, garantías bancarias o patrimonio suficiente para asegurar los desembolsos económicos necesarios. Solo el tiempo nos dirá si esa falta de control pasará factura. Por si fuera poco, la oferta prevista por esta universidad no constituye ningún desarrollo de nuevas ramas surgidas del avance científico. Todo ello según un informe de la Conferencia General de Política Universitaria.

Frente al amparo a un proyecto de dudosa calidad, la universidad pública sigue deteriorándose, amenazada además por la Contrarreforma Universitaria de Wert. La aportación del Gobierno a la Universidad de Cantabria ha caído un 14.41% desde 2009. Las tasas se han doblado o casi triplicado a partir de la segunda matrícula, dificultando el derecho a una segunda oportunidad, y han crecido un 12% en la primera matrícula. Además, se ha mantenido el insuficiente pago fraccionado en dos plazos, en lugar de aumentarlo hasta siete como reclama el estudiantado.

La consecuencia es un deterioro provocado de la universidad pública, con el objetivo de conducir sus recursos hacia la privada. La caída en las matriculaciones de la UC es una buena prueba de ello. Así, mientras quien más tiene siempre podrá ir a la privada, quien menos tiene se tendrá que quedar en casa, destrozando la igualdad de oportunidades.

Por todo ello, desde Izquierda Unida no desistiremos en nuestra lucha por una universidad pública, gratuita y de calidad.