Medidas de prevención, producción ecológica y de raza autóctona o gestión sostenible de pastos, entre las ocho aportaciones de IU

Izquierda Unida ha presentado al Gobierno de Cantabria ocho ejes sobre los que trabajar para compatibilizar la ganadería extensiva con la biodiversidad en las que está presente el lobo.

Las aportaciones hechas al borrador de Decreto por el que se regula el procedimiento de concesión del pago por servicios ambientales para explotaciones de ganadería extensiva que contribuyan a la conservación de la biodiversidad en zonas con presencia de lobo en Cantabria buscan “dar respuesta real y efectiva a una situación agravada por la posición unilateral del consejero del ramo, próximo al exterminio de la biodiversidad y ajeno a las políticas ambientales y de protección para el sector primario”.

En su escrito, la responsable de Bienestar Animal de IU en Cantabria, Victoria Cedrún, alude a los beneficios ambientales, económicos y sociales de la ganadería extensiva y la garantía de coexistencia entre el lobo y ésta, ya que se viene practicando por un amplio número de ganaderos desde hace décadas en zonas donde la presencia del lobo se ha mantenido de forma ininterrumpida.

Así, destaca la producción de alimentos de elevada calidad, la conservación de razas autóctonas y la diversidad de pastos y bosques –grandes sumideros de carbono-, la fertilización natural del suelo y el aseguramiento del bienestar animal garantizando su ciclo vital, el control de la vegetación y la prevención de incendios forestales o la gestión del territorio, esencial en la configuración de paisajes con alto valor natural, estético y cultural, conservando el patrimonio y la identidad de los espacios sobre los que se desarrolla.

“Seguimos reclamando, no sólo medidas por parte del Gobierno, sino la recuperación del diálogo y el acuerdo de la Mesa del Lobo que quebrantó el PRC la pasada legislatura y que hoy mantiene inactiva”, recuerda la dirigente de IU.

Y advierte: “Está en los planes del Gobierno Central declarar al lobo especie no cinegética; ayuden a nuestro sector primario a adaptarse cuanto antes y velen porque se cobren rápido los daños ocasionales y justificados”. “De lo contrario”, continua, “serán ustedes responsables del malestar y el perjuicio a nuestros ganaderos y ganaderas”.

OCHO APORTACIONES AL DECRETO

Frente a este modelo, Izquierda Unida plasma ocho aportaciones al decreto, entre ellas, la  apuesta por promover medidas de prevención de ataques de lobo sobre la ganadería extensiva que contribuyan a reducir el nivel de daños ocasionados mejorando la seguridad del ganado.

En este sentido, podrán ser objeto de ayuda actividades vinculadas a la mejora de la defensa, como los vallados fijos o portátiles, los pastores eléctricos, la adquisición de perros de raza mastín –el método más usado para la protección frente a lobos—cerramientos nocturnos, así como la planificación de parideras –toda vez que los restos del parto atraen a los depredadores—y el fomento del pastoreo y contratación de pastores.

Junto a ello, se apuesta por medidas disuasorias temporales en épocas más sensibles, como las barbacanas (una banda o cordel atada a unos postes a un metro de altura, en torno al perímetro del redil donde el pastor guarda el ganado por la noche del que cuelgan flecos que se mueven y hacen ruido al correr el viento), que funciona a modo de los espantapájaros para las aves.

También se trata de gestionar los pastos para prevenir los incendios: prácticas como el uso de ganado para el mantenimiento de áreas cortafuego ya son conocidas por su efectividad y por su bajo coste. La gestión activa de los pastos se concibe como una medida complementaria que beneficia la presencia de ganado y dificulta la del lobo. En este sentido, el ganado extensivo tiene una función muy importante para el control de la biomasa en zonas forestales al alimentarse de los materiales finos y controlar la producción de material leñoso en las partes bajas. Los rumiantes transforman en alimento para el resto de la cadena alimentaria (incluidos los humanos) biomasa vegetal que, de forma directa, no serviría para alimentarnos.

Las propuestas de Izquierda Unida también pasan por fomentar la cría de razas autóctonas, con un mayor equilibrio con el medio ambiente y más capacidad de adaptación y resistencia; y, en la misma línea, por el fomento de la ganadería de producción ecológica que priorice el consumo de productos locales, ya que este favorece el empleo en el medio rural y contribuye a amortiguar la emergencia climática.

Sobre este punto, la adaptación al cambio climático, plantean que se pueden introducir nuevas formas de almacenamiento de agua y estrategias para reducir la evaporación en charcas, por ejemplo, introduciendo sistemas inteligentes de bebederos. También se sugiere reajustar el tamaño del rebaño para prevenir situaciones de riesgo. Junto a medidas como la gestión de pastos, se contribuye a la eliminación de especies invasoras, lo que mejora la calidad de los suelos.

En la producción ganadera también se pueden incorporar técnicas que reduzcan la emisión de gases (desde mejoras en alimentación o nutrición a actuaciones en la vida reproductiva, pasando por reducir la incidencia y el impacto de enfermedades, parásitos y cargas de insectos).

Además, recalcan, existen soluciones para restaurar la calidad de los pastizales y aumentar el carbono del suelo, y se puede lograr una integración en la bioeconomía circular, con acciones sobre los desechos y recuperando nutrientes y energía.

En general, como criterio se apuesta por la participación y la formación en sensibilización ambiental, conocimiento de la ganadería o la gestión del lobo.

Asimismo, se apuesta por la promoción del turismo ecológico y de una marca asociada a la producción en zonas de convivencia con el lobo con el objetivo de poner en valor el patrimonio y legado cultural del lobo ibérico como elemento dinamizador de las zonas rurales. Al respecto, Izquierda Unida detalla que en la Sierra de la Culebra (Zamora), el turismo asociado al lobo deja ya 500.000 euros al año en las economías locales sin contar con lo que generan las empresas de naturaleza con sus actividades y rutas.

[Audio]

Victoria Cedrún, responsable de Bienestar Animal de IU en Cantabria: