Miguel Saro, portavoz de IU Santander, critica que tras la rimbombante denominación los santanderinos desconocen el trasfondo real del proyecto y tilda de “cortina de humo” todo lo que rodea SmartSantander. Pide a De la Serna que sea alcalde antes que presidente de la FEMP.

El portavoz de Izquierda Unida de Santander ha pedido que el alcalde, Íñigo de la Serna, explique a los ciudadanos las aplicaciones prácticas y concretas que el proyecto “SmartSantander” posee. “Nos enteramos por la prensa que el alcalde ha ido a presentar el proyecto a China y a Marruecos y que también se lo presenta una delegación portuguesa. Sería adecuado que entre viaje y viaje, busque un hueco para explicárselo a los santanderinos”

La formación recuerda una campaña de “tags” iniciada en enero en los comercios de la ciudad. “Lo cierto es que los comercios de la ciudad están cada vez peor y muchos de ellos siguen cerrándose” puntualiza Saro, que ve en “SmartSantander” una “cortina de humo” que el PP se saca de la manga para no hablar del Santander real.

“El Santander real es el de los vecinos de Tetuán o del parque Mendicouague, el Santander real está cada vez más despoblado y envejecido”. Por ello, desde la formación instan a Íñigo de la Serna a dejar a un lado los proyectos vacíos y centrarse en los problemas reales, los cuales son de extrema gravedad. “Sería adecuado que entre el tiempo que le deje libre su actividad como presidente de la FEMP y sus viajes a otros continentes, el señor De la Serna gobernase la ciudad”.

El portavoz recuerda que mientras el PP no para de recortar los servicios públicos y aumentar los impuestos a los ciudadanos, el desempleo ha crecido de manera considerable. “Esta legislatura el paro ha crecido más de un 12% en la ciudad y más de un 134% desde que De la Serna es el alcalde. ¿Va a proponer algo el alcalde o le va a echar la culpa a otras administraciones, las cuales por cierto gobierna también el PP con mayoría absoluta?”

Finalmente la formación recuerda que la gestión económica de la derecha ha sido completamente desastrosa, aumentando la deuda de 760 euros por habitante a 915 en estos últimos tres años.